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JUEGO
PLAY STATION 2:
TEKKEN 5 (1 DVD)
Vuelve Tekken en su quinta entrega, y lo hace mejor que nunca, en un título que gracias a la ingente cantidad de novedades, extras y modos de juego, alcanza de nuevo las cotas de calidad perdidas en las últimas dos apariciones de la saga en la 128 bits de Sony. Y a todo este conjunto de cualidades se le ha dado nombre propio: Tekken 5. O lo que vendría a ser lo mismo, el mejor y más completo juego de lucha en 3D aparecido hasta el momento para PlayStation 2, y posiblemente, para consola alguna.
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Pocos juegos de lucha pueden presumir de tener una historia tan elaborada y a su vez unos personajes tan carismáticos como los de la saga Tekken. El argumento de Tekken 5 nos sitúa justo al final del cuarto Torneo del Puño de Hierro, en el 'ending' de Jin. Tras huir de la zona una vez convertido en Devil Jin, Heihachi y su hijo Kazuya son sorprendidos por un escuadrón de cyborgs Jack que atacan el templo. Durante los primeros compases del combate, asistimos atónitos a una soberana muestra de poder por parte de padre e hijo, quienes sin apenas despeinarse, eliminan uno tras otro todos los enemigos enviados por la G-Corporation.
Todo de lujo, hasta que Kazuya desvela sus verdaderas intenciones, lanzando a su propio padre a los robots y escapando después. Acto seguido, los Jack-4 acorralan y sujetan a Heihachi, justo antes de provocar una auto-explosión que, a tenor de las palabras del misterioso Raven, quien contempla los hechos desde las afueras del templo, confirman la muerte del abuelo de Jin.
Es justo en ese momento cuando, debido a la explosión que ha arrasado con el templo, se deja ver por primera vez al auténtico enemigo de Tekken 5. Jinpachi Mishima, el padre de Heihachi, fundador de Mishima Zaibattsu y del Mishima-ryu, es liberado de sus cadenas y gracias al poder que le otorga el gen Ogro, retoma el control de la organización y prepara un nuevo torneo en el que participarán los 33 luchadores presentes en Tekken 5. Torneo en el que participarán Jin, Kazuya... y un malherido Heihachi al que aún le queda mucho por decir en esta historia. |