Este
personaje tendrá mucha influencia
–toda- en la futura vida de
nuestro Snake de siempre.
Un juego que alcanza notas como
la que le ha dado la prestigiosa
IGN americana –9,6- no podía
más que esconder tras de
sí un equipo lleno de talento,
ingenio, cerebro y mucho trabajo.
El propio Hideo Kojima y Tomokazu
Fukushima en el guión, So
Toyota al mando de las cuestiones
armamentísticas, Yoji Shinkawa
en los diseños, Harry Gregson-Williams
esculpiendo la banda sonora, el
soberbio Kyle Cooper presentándonos
su enésimo trabajo en cuanto
a títulos de crédito...
Una intro espectacular, unida a
un opening de gran clase obra de
Kyle Cooper nos dan la bienvenida
a uno de los mayores espectáculos
visuales de esta generación.
Snake Eater lleva de nuevo a nuestro
héroe a sus entornos más
familiares, los que le vieron nacer
y despuntar con una jugabilidad
inédita: los escenarios naturales.
Una vez pasado el opening del juego,
nos encontramos ya en la masa. Y
qué masa. El motor gráfico
de MGS2 ha sido potenciado, modificado
y redireccionado para manejar otros
efectos que MGS2 poseía,
pero que Snake Eater se basta y
sobra para dejarlos en evidencia
en comparación con lo que
vemos en esta tercera parte. |