Si, ya lo creo que hay destacados cambios en el aspecto visual del simulador. Para empezar la malla de terreno ha mejorado ostensiblemente y, además, deja margen para futuras mejoras. En especial se nota una gran mejora en donde FS9 fallaba algo: en las líneas de costa, ríos y lagos. Se reconocen ahora con mucha facilidad allí donde antes había que hacer un gran esfuerzo de imaginación. Parecida suerte han corrido las líneas de carreteras, ferrocarril, etc. No es exagerado afirmar que se puede hacer vuelo visual con facilidad siguiendo los trazados de las vías. Incluso las glorietas y salidas de autovías reflejan con mucha fidelidad su configuración real. Y por si esto fuera poco, esas carreteras están recorridas por vehículos.

Pero los dos aspectos que resultan más visibles a ojos del piloto son las nuevas texturas y el escenario autogenerado. Las primeras han recibido una buena puesta al día y su número se ha incrementado en la medida de lo necesario para que dispongamos de muchos tipos de terreno más. La clasificación de terrenos es ahora más variada y, lógicamente, más precisa. Amén de lo dicho los terrenos se funden con más naturalidad y también han mejorado los cambios estacionales.

Superadas las aspiraciones históricas de “FS2004, A century of flight”, FSX retoma la orientación clásica de la saga: una colección surtida de diferentes aeroplanos que podríamos encontrar en cualquier aeródromo de una gran capital. Han desaparecido la mayoría de los ejemplares históricos e incluso algunos contemporáneos (la Cessna 182 y el Boeing 777) para hacer hueco a nuevos modelos entre los que destaca ¡por fin! un Airbús, el A321.  En otros casos se ha producido una “puesta al día” y, por ejemplo, nuestro fiel y apreciado Boeing 737 se ha convertido en la versión 737-800.