En Sonic Generations recorreremos los veinte años de historia del erizo, en un paseo a través de mundos que los seguidores vamos a reconocer. Sega esta vez ha apostado sobre seguro, y nos trae un título que pretende ser un vínculo para volver a unir al sector de jugadores que se fragmentó tras adentrar a su mascota a la tercera dimensión. Por ese motivo, disfrutaremos por partida doble con dos Sonics distintos: el clásico de 1991, bajito, regordete y mudo, en niveles que tendrán un desarrollo respetuoso con los orígenes de Megadrive, en contraposición al Sonic moderno, más estilizado, que nos invitará a recorrer los mismos mundos en un desarrollo tridimensional, más cercano a los Sonic Adventure de Dreamcast y el más reciente Sonic Colours para Wii.
El argumento de Sonic Generations es sencillo, pero resulta entretenido y se conforma como una excusa para unir de forma coherente las dos mecánicas de juego que el título pone ante nosotros. Con la mascota azul celebrando sus veinte años, un extraño ser abre un portal que se los lleva a una dimensión pasada. En esta situación, el erizo conocerá su otro yo, su anterior versión en un universo falto de color, teñido por un blanco infinito que oculta la identidad de los nueve mundos que componen esta aventura. Nuestro cometido entonces, será revisitar dichas zonas para reparar el daño que este misterioso ser está creando y descubrir por qué está causando dicha alteración en el espacio-tiempo.
Según progresamos en el desarrollo de la historia, se nos desbloquean desafíos a los que podemos acceder desde el mismo mapa de niveles. Son fases de todo tipo, algunas nuevas, otras con variantes añadidas, en las que se nos incita a superarlas cumpliendo algún requisito determinado. Carreras contra un doble, o superar un nivel teniendo solo un anillo son solo una muestra. Algunos son más divertidos y elaborados que otros, pero una cantidad de ellos encierran mecánicas de juego que no veremos en el modo historia, sobre todo en lo referente al modo clásico, pudiendo utilizar por ejemplo, power-ups que se introdujeron en Sonic 3, como el escudo de fuego. Un apartado de parada obligatoria, que nos aguarda alguna que otra sorpresa.