Lo más importante de esta temporada son las novedades. Siempre lo son, pero qué duda cabe que esta edición hay dos modalidades que brillan con luz propia por encima del resto del contenido. Ya en la interfaz principal tenemos ocasión de comprobar qué los chicos de 2K han querido resaltar estas opciones para llamar la atención de los jugadores que no conociesen lo que ofrecía NBA 2K9.
De esta forma nos encontramos con NBA Hoy (lo que se ha denominado NBA Today en textos anteriores). Esta plataforma nos permite disputar con veracidad los partidos de la realidad, siguiendo las estadísticas que podemos ver por la televisión, alineaciones originales, torneos, competiciones, lesiones, fichajes, drafts, etcétera. Está todo lo que consideramos imprescindible para jugar con cierto realismo en lo referente a la competición real, lo que no deja de ser una vía más para poder disputar todos los partidos que nos venga en gana siguiendo una línea muy marcada.
La segunda novedad de marras en cuanto a modalidades se refiere viene a actualizar el concepto implementado por EA Sports en NBA Live. El DNA de los jugadores se cambia por un sistema más profundo en cuando a opciones se refiere, que aquí se denomina Mi Jugador (My Player). Aquí hemos de crear a un jugador desde cero, supuestamente identificado con nuestra personalidad y apariencia física, llevándole desde lo más bajo hasta la cúspide, fichando por nuevos equipos con sus correspondientes drafts, e incluso con la posibilidad de disputar partidos por Internet bien con cualquier jugador que se atreva a retarnos o en el espacio reservado para los 1vs1.
La ambientación es lo más logrado del producto. Es un placer ver cómo el público se comporta de forma coherente, silbando cuando los rivales empiezan a hacer buen juego ante la ineptitud de los de casa o viceversa, llevando los decibelios del pabellón hasta un punto ensordecedor cuando realizamos una jugada frenética o espectacular.