En el juego se tratan –superficialmente en muchos casos- temas como la traición, la lealtad, la venganza o el odio, pero primordialmente el instinto de supervivencia. Veremos cómo nuestro personaje, Robert Jacobs –piloto para más señas-, es trasladado en autobús por el ejército coreano cuando el convoy es asaltado y él es liberado por la resistencia americana. Estará acompañado en todo momento por todos o parte de una troupe de personajes estereotipados de marcado estilo cinematográfico: el líder de la rebelión (Boone), un antiguo militar con muy malas pulgas (Connor), la bella –cómo no- Rianna, especialista en infiltración y supervivencia. Finalmente, Hopper, mecánico y el que pone el contrapunto distendido en las conversaciones.
El comienzo del juego, mientras Jacobs viaja en el autobús, es el más claro homenaje a “Half Life” que hace –y puede hacer- Kaos Studios. Mientras en Black Mesa íbamos en el transporte hasta nuestra primera jornada de trabajo observando cómo transcurre el día a día de los demás trabajadores, en HomeFront veremos sucesivas escenas de masacres, asesinatos a sangre fría, secuestros y avasallamientos que llevan a cabo diariamente los coreanos en suelo americano. Todas estas escenas no hacen sino aumentar nuestra empatía con el pueblo afligido, poniéndonos en su piel, mientras esperamos el rescate. A partir de la liberación de nuestro personaje, podremos ser testigos de las continuas guerras de guerrillas, enfrentamientos directos y cortos tiroteos que puede llevar a cabo la resistencia.
Como decíamos antes, el motor gráfico es bastante robusto en general. El nivel de carga poligonal en algunos momentos es alta, y la tasa de frames se mantiene estable en casi todo momento.