Esto es una guerra. Y en la guerra pasa esto. Son palabras sacadas de un momento concreto de Battlefield 3, que definen perfectamente a la obra de DICE, al desarrollo del juego y al objetivo que han perseguido desde el anuncio del mismo. Uno de los grandes lanzamientos para este 2011, el más grande de EA sin duda alguna este año, ya está entre nosotros dejando atrás declaraciones –demasiadas- y comparaciones. Un ruido totalmente innecesario alrededor de Battlefield 3. Sobre todo porque detrás de este juego estaba una garantía: Digital Illusions Creative Entertainment.
La trama principal nos sitúa en el conflicto con Oriente Medio como soldados norteamericanos. En nuestra misión inicial, el desarrollo nos llevará a descubrir que se están planeando ataques terroristas con bombas nucleares en occidente. Más adelante se añadirá a este cóctel sobradamente conocido la presencia de los rusos. Aunque es cierto que no hay nada nuevo encima de la mesa en este sentido, y que el sistema para narrar la historia –a base de flashbacks y puntos de vista que acaban encontrándose- tampoco es el adalid de la originalidad, la campaña nos mantendrá pegados ante el monitor.
Todo ello producido como si de una película se tratara. Las conversaciones, los contrastes de las localizaciones (zonas desérticas, grandes ciudades como París o Nueva York, una jungla, edificios de negocios…) y las secuencias que vamos viviendo nos meten en la piel de los protagonistas. Tanto por los movimientos de cámaras como por como está hilvanada la trama, llena de toques cinematográficos y espectaculares que sirven para dar continuidad a nuestro avance, la verdad es que por momentos nos sentiremos protagonistas de una película de acción. Sin descanso, además.